Los axolotes son los únicos animales capaces de regenerar extremidades amputadas, órganos y tejidos lesionados. En la mitología mexica se le asocia con la creación del Sol y la Luna, y Xólotl “el dios que se rehusaba a morir”. Los axolotes viven en Xochimilco y se encuentran en peligro de extinción por la contaminación de su hábitat natural.
Si me quedo en casa el Bassico es mi hogar 🏠
Viva Belgrado – Más Triste que Shinji Ikari
“can’t count the miles away from where I wanna be,
I bet your skin is warm and that you’re smiling”
-x
Estás muy cerquita de mí y aún así no dejo de extrañarte ni de acordarme de ti con las cosas grandes y pequeñas. Estoy bien, te prometo que sí, pero me haces mucha falta.
A veces te extraño con la misma tristeza desgarradora, pero últimamente también me es más fácil sonreír cuando te extraño y me acuerdo de ti y de nosotros, y creo que es más bonito así. Pero no termino de acostumbrarme a la falta de audios largos y videollamadas, de las fotos y videos de Choco que me mandabas, de contar los días para la siguiente visita, para el siguiente abrazo empalagoso… Estás siempre conmigo y a veces siento que ni eso es suficiente, pero también me siento mejor al saber que últimamente cuando pongo nuestra playlist te siento aquí, y ese es el mejor consuelo de todos.
My heart is bigger than the distance in between us.
Navidad para mí significa sentirme en casa 
Es estar rodeada de mi familia y sus apapachos, es sentir el cariño de mis amigos en diferentes partes del mundo cuando recibo sus mensajes, es reencontrar a mi mejor amigo entre las luces de navidad 
Es saber que soy muy afortunada de estar rodeada de tanto cariño y tanta gente que quiero y que en realidad me hace sentir en casa todos los días del año 
¡Feliz navidad a todos!
Me gusta recordarnos así, en las tardes donde seguro ya habíamos horneado algún pastel para comer los próximos días y cuando no había ningún plan en particular. Tú la música, yo los colores. Aunque en realidad, todos los azules siempre han sido tuyos.
Hay tantas cosas que siento y quiero decir que nunca sé por dónde empezar. Hay un billón de cosas que extraño, y extraño tanto que no sé cómo puedo soportar un minuto más de extrañarte. También hay un billón de cosas que me hacen sonreír, que me recuerdan lo mágico que eres y lo afortunada que soy de habernos conocido cuando teníamos tres años. Hay tantas cosas que me gusta recordar y compartirle a los demás, porque así siento que no estás tan lejos. My heart is bigger than the distance in between us.
Me gusta recordarnos estando ahí el uno para el otro, me gusta recordar que nunca estoy sola. Me gusta encontrarte en las acciones de amor y bondad en el mundo, en las canciones de pop que terminé aprendiéndome y en las veces que me esfuerzo por ser la mejor versión de mi misma, la que tú veías cuando ni siquiera yo podía hacerlo. Espero que sepas y veas lo increíble que siempre has sido tú, como nadie en el mundo.
Hoy quiero decirte que estás aquí cada vez que me atrevo a colorear el mundo sin miedo, y por eso voy a estarte siempre agradecida. Te quiero con toda el alma, no puedo esperar a darte la tonelada de abrazos que tengo guardados para ti.
Feliz cumpleaños, pancakes.
Vivir a kilómetros de distancia y esperar a que llegue el día de empacar, subir al autobús, llegar a la central y entonces: el reencuentro.
Es esa fracción de segundo en la que nos vemos por primera vez después de meses y el sentimiento de felicidad que invade al saber que estamos juntos de nuevo. Con esa fracción de segundo al bajar del autobús y ver el March azul eléctrico empiezan mis veranos y mis inviernos, el anhelado reencuentro entre mi mejor amigo y yo. El inicio del camino a casa con Toad como tercer copiloto y música que a veces era o muy pop o muy punk. Pero nada importa más que el hecho de estar juntos de nuevo.
El reencuentro… Volver a estar juntos pero también volver a ser yo, a sentirme en casa. Gran parte de la magia de las vacaciones se encuentra siempre en esos reencuentros, pequeños o largos. Crecimos pensando que serían interminables, que siempre habría un siguiente reencuentro. Yo jamás lo dudé.
Diría una de mis bandas favoritas: “somos eternos, somos caminos, la distancia es temporal; nos vemos al final”. Me gusta pensar que sí, porque entonces siempre hay un reencuentro que esperar.
Te quiero siempre, mejor amigo, hermano, panqueques ✨
Querida abuela,
Hay tantas cosas que quiero decirte, aunque entre nosotras las palabras están de más. Soy afortunada porque sé que de mí escuchaste todo lo que yo tenía que decirte, y yo escuché de ti todo lo que tenías que decir (todas tus historias y lo mucho que me quieres, y cómo siempre me decías que era tu consentida pero no se te iba decirme que pensabas que los tatuajes eran de nacos).
“A veces celebro que soy quien soy gracias a tus manos y tu sudor…” Manos que cuidan, como cuidaban cada planta en tu jardín y tus canarios; manos que regaban cada fruta nueva, como esos higos que me encantaban o los tomates nuevos que me enseñaste, y que tenían listas para mi hermana y para mí regaderas pequeñitas para ayudarte en el jardín.
Manos que cocinan, con recetas secretas e inigualables con las que siempre encontrabas la forma de consentirnos con nuestros platillos favoritos que sabían mejor que cualquier otro.
Manos que embellecen, con las que te arreglabas todas las mañanas sin falta para ir a saludar a todo el vecindario o sólo para ir a tirar la basura; siempre arreglada y bien peinada, con esas manos que también nos dieron de jalones cuando nos peinabas hasta que sentíamos que nuestros ojos estaban jalados.
Manos que alegran, con las que ponías tus discos o estaciones de radio, con las que le subías poquito al volumen y te ponías a bailar mientras hacías tus cosas. Manos que dejaban a la vista el disco que me gustaba poner los domingos para cantarte canciones en inglés. Aunque independientemente de la música, me da gusto escuchar que la primera palabra en la que pensamos todos para describirte es “alegre”.
Manos que acompañan desde que tengo memoria, que no nos soltaban cuando salíamos a pasear. Lejos o cerca, siempre has estado presente. Jamás voy a olvidar lo fuerte que fuiste para mí en El Día Más Doloroso, cómo me tomaste de las manos y me abrazaste y me dijiste que todo estaría bien. Espero que siempre pueda encontrar un poco de tu fortaleza en mí.
Manos que apapachan, que abrazan el alma. Siempre me recibías con abrazos y me llenabas de besos y labial. Tienes una forma mágica de hacerme sentir querida y especial, como si todo fuera a estar bien. Eres la raíz de esta familia llena de mujeres fuertes y valientes, estoy segura que todo eso lo sacamos de ti.
Soy tan afortunada de ser tu nieta, querida abuela, y te llevo siempre conmigo en palabras y acciones. Estas semanas he extrañado hasta las cositas más pequeñas. Voy a extrañar terminar cada llamada escuchándote decir “Yo no te quiero, te adoro”. Espero que sepas que yo también lo hago. Abraza a mi querido melómano por mí.
“…Heredo el pulso de tu corazón”.
Cris Sánchez 